Por FrAncisco SilvÁn CorrAl – Diseñador de interiores en Madrid
Hay personas que diseñan. Otras que dirigen. Otras que ejecutan.
Pero hay momentos – valiosos – en los que todos esos se alinean.
Cuando la idea, la técnica y la energía se encuentran, la obra se convierte en algo más que trabajo:
se convierte en vocación.
Construir no es solo levantar muros.
Es estar presente. Es cuidar cada detalle.
Es entender que detrás de cada plano hay una emoción, una expectativa, una vida que va habitar ese espacio.
En mi trayectoria como diseñador, he aprendido que el resultado de un proyecto no depende solo de la idea.
Depende de cómo se ejecuta.
Y eso tiene que ver con la actitud, con la energía, con el corazón que se pone en cada paso.
Por eso es fundamental reconocer que ni los diseñadores, ni los arquitectos podríamos llevar a la realidad nuestros proyectos sin una persona que los ejecute con precisión, respeto y compromiso.
La obra necesita manos que entiendan la visión, que la traduzcan en estructura, que la cuiden como si fuera propia.
Y por eso , en cada proyecto, hay que dar las gracias. Gracias a quienes construyen con alma, con vocación, con presencia.
La conexión entre diseñador y constructor no es un trámite:
es una alianza creativa, emocional y estratégica.
Cuando esa conexión es buena, el proyecto fluye.
Cuando hay respeto mutuo, el espacio se construye con coherencia.
Y cuando ambos trabajan desde el corazón, el resultado se siente.
Cuando la obra se hace con respeto, con buena energía, con compromiso real, el espacio vibra. Se siente. Se transforma.
Por eso, en este artículo quiero hablar de esa forma de construir que va más allá de lo técnico.
De esa forma de estar en la obra que convierte el trabajo en propósito.
De esa vocación que no se aprende, pero se transmite.
Por eso quiero dar las gracias a todos aquellos que han hecho realidad mis proyectos, porque fácil, no ha sido ninguno.
Este artículo está dedicado a todos aquellos que ejecutan y construyen con el alma. Porque todos ellos con su forma de trabajar – organizada, humana, energética – han transformado no solo los espacios, sino también a quienes los habitan.
Porque cuando la ejecución se hace con corazón, la idea se vuelve espacio. Y ese espacio respira.
La idea imagina. La ejecución la convierte en espacio. Y ese espacio, cuando se construye con alma, transforma.
Diseñamos contigo. Con visión, con ética, con alma.
FrAncisco SilvÁn CorrAl – adi@arquitecturadeinterior.com – Diseñador de Interiores
Blog – www.ArquitecturaDeInterior.com –
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